Descripción

Describimos varios eventos ocurridos en la Argentina entre 2012 y 2018 cuando los servicios públicos o el tipo de cambio muestran grandes aumentos en un solo mes. Durante esos meses, el incremento nominal según nuestra medición del costo de los bienes que componen la canasta básica del IPC llegó hasta el 10%. Motivados por estos hechos, utilizamos un modelo de costo de menú de ajuste de precios para derivar el traspaso teórico de grandes shocks de costos hacia los precios al consumidor en una economía cuya tasa de inflación subyacente es del orden del 25% anual, y el impacto de estos shocks en la magnitud y la frecuencia de las variaciones de precios. Utilizando un conjunto integral de microdatos, nunca antes utilizado en la literatura de ajuste de precios, que subyace a la construcción del IPC básico de la ciudad de Buenos Aires, comparamos los efectos teórico y empírico de los shocks de costos. Tal como predice la teoría, encontramos que, a pesar del alto nivel de inflación subyacente, la alta frecuencia tanto de las alzas como de las bajas de precios apunta a la importancia de los shocks idiosincrásicos en la empresa, como los que utilizamos en nuestro modelo. Inmediatamente después de un gran aumento de costos, tanto la fracción del alza de precios como su magnitud promedio aumentan drásticamente, mientras que la magnitud de las bajas de precios se mantiene casi igual, tal como predice el modelo simple. El modelo también predice una pequeña disminución en la fracción de las bajas de precios que no observamos en los datos. Concluimos que, ante un gran cambio repentino en los costos, los precios al consumidor se comportan casi como si fueran totalmente flexibles. Por otro lado, si el shock es pequeño, el traspaso a corto plazo será menor y su duración será mayor.