Resumen IEF primer semestre 2025





Los anuncios arancelarios realizados por Estados Unidos a inicios de abril —y sus desarrollos posteriores— han aumentado considerablemente la incertidumbre a nivel global. La inesperada magnitud de los anuncios provocó movimientos importantes en los precios de los activos financieros y un aumento relevante de la volatilidad. Los mercados financieros globales han funcionado sin mayores disrupciones, no obstante, los riesgos para la estabilidad financiera se han incrementado de forma relevante. A nivel local, los activos financieros también han mostrado mayor volatilidad, con tendencias similares a las de otras economías emergentes. La economía chilena ha corregido los desbalances de años previos y la situación financiera de los usuarios de crédito —hogares y empresas— mejora respecto del Informe anterior. A su vez, la banca presenta niveles de liquidez y capital que le permitirían enfrentar eventos adversos. Así, el deterioro del escenario global encuentra a la economía chilena en mejor pie. Un recrudecimiento de las tensiones geopolíticas y comerciales representa el principal riesgo para la estabilidad financiera local, por su impacto en el crecimiento económico y deterioro de las condiciones de financiamiento globales. Si bien la economía chilena no es inmune a estos desafíos, cuenta con solidez macroeconómica y estándares de regulación y supervisión financiera robustos, lo cual permite disponer de mecanismos de ajuste, y holguras para mitigar los efectos de shocks adversos.

EVOLUCIÓN DE LOS MERCADOS FINANCIEROS

La incertidumbre económica global ha aumentado de forma considerable en los últimos meses. Desde la publicación del IEF anterior —noviembre 2024—, han sucedido una serie de desarrollos en el ámbito político y comercial. Su punto más álgido ocurrió a inicios de abril, cuando el gobierno de Estados Unidos anunció aranceles largamente superiores a lo esperado, a un grupo amplio de países. A ello se sumó la respuesta de algunos de éstos. Como resultado, el índice que mide la incertidumbre comercial (TPU) prácticamente se duplicó, alcanzando en abril el máximo valor desde que la serie está disponible (Grafico 1.1), mientras la volatilidad financiera (medida por el VIX) subió a niveles comparables con los del inicio de la pandemia (Grafico 1.2). Además, la sucesión de anuncios y contra anuncios han elevado las dudas en torno a la magnitud y duración de las medidas. En lo más reciente, se han registrado acercamientos que han provocado un mejor ánimo en los mercados financieros, pero el escenario se mantiene altamente incierto.

 
Gráfico 1.1: Indicadores de Incertidumbre política económica, política comercial y riesgo geopolítico (*)
(índice)
 
(*) Datos mensuales. Fuente: Banco Central de Chile en base a información de Davis (2016), Caldara et al (2020), Caldara y Iacovello (2022).
Gráfico 1.2: Índices de volatilidad implícita (*)
(índice, porcentaje)
 
(*) VIX: volatilidad implícita en opciones a un mes sobre el S&P500. MOVE: índice de volatilidad implícitas en opciones a un mes sobre bonos del Tesoro de EE. UU. a 2, 5, 10 y 30 años. Fuente: Banco Central de Chile en base a información de Bloomberg.
 
 

Hasta el momento, los mercados financieros han logrado absorber estos eventos sin mayores disrupciones, no obstante, los riesgos para la estabilidad financiera global se han incrementado de forma relevante. El aumento de la incertidumbre provocó movimientos importantes en los precios de los activos financieros y un aumento de la volatilidad a nivel global. Resalta que la evolución de los activos financieros estadounidenses —tasas de largo plazo y dólar— no ha sido la habitual ante eventos de incertidumbre global, en los que éstos suelen actuar como refugio. El aumento de las tensiones comerciales, se da en un contexto donde otras vulnerabilidades globales siguen presentes. Entre éstas se cuentan, un elevado nivel de deuda pública y privada en el mundo, las dudas sobre el desempeño de sectores de la economía china y el desarrollo de diversos conflictos geopolíticos. Este escenario ha llevado a correcciones a la baja de las proyecciones de actividad para diversas economías.

En las economías emergentes, incluido Chile, los mercados financieros han tenido una evolución favorable respecto de episodios de tensión previos. Si bien los spreads soberanos aumentaron en abril, dichas alzas fueron de menor magnitud en comparación a episodios de tensión pasados, mientras, las tasas de interés soberanas se han reducido levemente, las monedas se han apreciado frente al dólar y las bolsas muestran rendimientos positivos. El incremento de la volatilidad de las tasas de largo plazo y del mercado accionario chileno ha sido menor que el promedio de las emergentes. La paridad peso/dólar, en cambio, ha presentado una mayor volatilidad, comportamiento que es el esperado dado su rol como variable de ajuste ante episodios de tensión.

SITUACIÓN DE USUARIOS Y OFERENTES DE CRÉDITO

La economía chilena ha corregido los desbalances macroeconómicos de años previos. En los últimos trimestres, el déficit en la cuenta corriente continuó reduciéndose, en línea con una recuperación del ahorro nacional. Este mayor ahorro se debe, principalmente, a una mejora en los ingresos de hogares y empresas, producto del mejor desempeño de la actividad local. Respecto de la inflación, si bien continúa en niveles elevados, su evolución reciente y la de sus principales determinantes reafirman las perspectivas de convergencia contenidas en el IPoM de marzo.

El deterioro del escenario global encuentra a personas y empresas con una posición financiera que ha ido mejorando en los últimos trimestres, lo que disminuye los riesgos para el sistema. Esta evaluación se da en un contexto donde el aumento de los ingresos y del ahorro, junto con la reducción de las tasas de corto y largo plazo, han mejorado los indicadores de endeudamiento y carga financiera. El impago de los créditos de consumo se ha reducido, mientras que el hipotecario se ha estabilizado (Grafico 2.1). A su vez, la morosidad comercial sigue elevada en perspectiva histórica, aun cuando se viene registrando una disminución transversal en los distintos sectores económicos (Grafico 2.2). En las empresas de mayor tamaño —que reportan a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF)— se observa un aumento del flujo operacional y una liquidez cerca de su promedio histórico. A nivel agregado, el endeudamiento de las firmas se ubicó en 112% del PIB al cierre de 2024. Esta cifra es algo menor a la reportada a mediados del año pasado. Ese resultado provino de un mayor nivel de producto que más que compensó el aumento de la deuda externa en términos nominales, dado el aumento de las emisiones de instrumentos en el extranjero y la depreciación del tipo de cambio.

 
Gráfico 2.1: Tasa de impago en créditos de consumo e hipotecario
(porcentaje de deudores de cada grupo)
 
Fuente: Banco Central de Chile.
Gráfico 2.2: Cartera en Incumplimiento (*)
(porcentaje de la deuda)
 
(*) Empresas con financiamiento local. Cartera en incumplimiento corresponde a cartera C o grupal incumplimiento. Resto está compuesto por otros sectores económicos como: Agricultura, Minería, SS.FF., Trasporte y telecomunicaciones, RR.NN. y sin clasificación. Información provisoria para mar.25. Más información ver Recuadro II.1 IEF Primer Semestre 2024. Fuente: Banco Central de Chile en base a información de la CMF y SII.
 
 

Pese a la favorable evolución de la situación financiera a nivel general, persisten vulnerabilidades en grupos específicos. Las empresas de mayor tamaño muestran una mayor recuperación de los indicadores financieros —endeudamiento, márgenes y carga financiera—, contrastando con el persistente rezago en las empresas de menor tamaño, las que recibieron créditos Fogape durante la pandemia, y las de los sectores construcción e inmobiliario.

Se ha prolongado la debilidad del sector inmobiliario residencial. Los principales factores que han afectado a este sector se han mantenido, incluyendo el nivel de las tasas hipotecarias, la baja demanda y el elevado stock de viviendas terminadas. De esta forma, la holgura que entregaba un stock de viviendas sin terminar, y que contribuyó a que las empresas enfrentaran la caída de las ventas, se ha ido agotando. Los precios de las viviendas han mostrado un leve aumento. Como se ha destacado en Informes anteriores, un ajuste significativo a la baja continúa siendo un factor de riesgo. No obstante, frente a un escenario de tensión, como una corrección abrupta en el valor de los colaterales, la banca cuenta con mitigadores suficientes en términos de relación deuda-garantía y criterios conservadores de valorización de colaterales (Recuadro II.1, IEF Segundo Semestre 2024). De todos modos, en el margen, se han observado incipientes señales positivas en este sector: un buen desempeño en la valoración bursátil de empresas del sector; menores tasas de créditos comerciales; y tasas de impago entre estas empresas que se han estabilizado, aunque en niveles altos.

La persistencia de déficits estructurales por varios años ha ido mermando las holguras fiscales y ha aumentado la deuda pública. Las proyecciones oficiales indican que en el corto plazo la deuda pública se ubicaría algo por debajo del límite de 45% del PIB definido como prudente por la autoridad. Pero, tal como ha sido señalado en informes anteriores, existen riesgos que podrían llevar a que la deuda supere este nivel en los próximos años. Sostener la deuda bajo el umbral definido requiere de un exigente conjunto de medidas y acuerdos. Este es un desafío relevante en el que deben concursar todos los actores. Mantener la prudencia en las cuentas fiscales, a través de un endeudamiento soberano sostenible, resulta fundamental para la capacidad de la economía de mitigar el impacto de futuros shocks y mejora las condiciones de financiamiento para hogares y empresas.

El sistema bancario continúa adaptándose para la implementación plena de Basilea III y aparece bien preparado para enfrentar un escenario más negativo. Los bancos disponen de provisiones y garantías suficientes para cubrir el nivel de incumplimiento de sus carteras y muestran holguras en sus indicadores de liquidez. La banca ha seguido fortaleciendo su base de capital y sus indicadores de solvencia han aumentado acorde con el proceso de convergencia a los estándares de Basilea III. Desde el último Informe esto se ha realizado principalmente a través de nuevas emisiones de bonos perpetuos. Su rentabilidad se ha mantenido sobre sus promedios históricos.

Desde el Informe anterior, la actividad crediticia no presenta mayores cambios, asociada a una demanda aún debilitada y condiciones de oferta que se mantienen estables, acorde con lo que muestra la Encuesta de Crédito Bancario del primer trimestre. Coherente con lo anterior, las empresas consultadas en la Encuesta de Percepciones de Negocios de mayo reportan condiciones crediticias más laxas, pero con perspectivas que todavía son bajas para su propia demanda por financiamiento. Por su lado, las tasas de interés de los créditos han continuado evolucionando en línea con sus benchmarks.

PRINCIPALES RIESGOS

El principal riesgo para la estabilidad financiera local proviene del escenario externo, en particular de un nuevo recrudecimiento de las tensiones geopolíticas y comerciales. En un contexto donde la valorización de los activos financieros externos continúa elevada, el riesgo de nuevos ajustes de precios sigue presente. Un ajuste abrupto en el apetito por riesgo global podría generar una corrección en los precios de los activos, deteriorando las condiciones financieras para las economías emergentes. En ese escenario, podría observarse un aumento significativo de los spreads soberanos y salidas abruptas de capitales, con consecuencias en la liquidez, capacidad de endeudamiento y solvencia de los agentes. Esto es particularmente relevante en las economías emergentes con colchones fiscales y externos más débiles (GFSR, abril 2025). A nivel local, la menor profundidad del mercado financiero respecto de episodios previos podría reducir la capacidad para amortiguar los efectos de cambios abruptos en los portafolios sobre las variables financieras.

Las tensiones en el escenario externo pueden impactar de forma negativa tanto la actividad económica local como la capacidad de pago de hogares y empresas. Si bien en las últimas semanas se observaron ciertos desarrollos positivos, aún es incierta la magnitud del impacto que tendrán las tensiones comerciales y el aumento de la incertidumbre sobre la economía chilena. De esta forma, no pueden descartarse escenarios donde estos efectos sean relevantes, impactando negativamente la actividad, el mercado laboral y la riqueza, afectando la capacidad de pago de hogares y empresas. Estas repercusiones podrían ser mayores si las tensiones comerciales y geopolíticas se intensifican.

La economía chilena ha corregido los desbalances de años previos, lo que permite a hogares y empresas enfrentar en mejor pie un deterioro del escenario económico. Comparado con el IEF previo, bajo escenarios de tensión, la deuda en riesgo disminuye en las empresas, principalmente por la mejor situación inicial de impago del sector Comercio. En personas, la deuda en riesgo no tiene mayores cambios respecto del ejercicio anterior. La información más reciente sugiere que la deuda en riesgo de los usuarios de crédito siguió disminuyendo en lo que va de este año.

Los ejercicios de tensión dan cuenta que la banca local se mantiene solvente ante un shock severo. En un escenario de ese tipo, en que la actividad se contrae abruptamente, aumentan los costos de fondeo y se deterioran las condiciones financieras, el nivel de capital del sistema bancario permitiría absorber las potenciales pérdidas. La disponibilidad de holguras de capital adicionales, a las que han contribuido las emisiones de bonos perpetuos y la construcción de colchones regulatorios, ha mejorado su capacidad de amortiguación de shocks en momentos de tensión financiera. En dichos escenarios, considerando la métrica más exigente de capital (CET1), la banca también se mantiene solvente, con algunos bancos de diverso tamaño que harían uso parcial del colchón regulatorio contemplado para estos propósitos (Grafico 3).

Gráfico 3: Holguras de capital bajo escenario de estrés severo
(porcentaje de los activos ponderados por riesgo)
 
(*) Exceso de patrimonio efectivo sobre el mínimo regulatorio, que incluye Pilar 2, y los colchones. No incluye el RCC en la holgura estresada. Considera los límites particulares de cada banco. Para los ejercicios de los IEF del segundo semestre de 2021, 2022, 2023 y 2024, la barra azul muestra la holgura final con los límites vigentes a diciembre de cada año, conforme a calendario de implementación gradual de Basilea III, mientras que la barra gris utiliza los límites vigentes a junio. Fuente: Banco Central de Chile en base a información de la CMF.

Si bien el sistema financiero local cuenta con mitigadores, no está inmune a los efectos de un shock global. Un mercado de capitales profundo permite mitigar los efectos de la exposición a los mercados globales, sobre todo ante reversiones abruptas en los precios financieros. Por esta razón, es necesario mantener los esfuerzos orientados a profundizar el mercado financiero local. La reforma previsional contribuirá a incrementar el ahorro de los hogares. No obstante, se requerirá de un período prolongado para que sus efectos se reflejen en un mercado de capitales más profundo. En la misma línea, recomponer las holguras fiscales contribuye a generar espacio fiscal para enfrentar shocks y fortalece la posición financiera de los agentes locales, a través de acceso a un financiamiento interno y externo a menor costo.

El marco institucional que rige la economía chilena, que incluye solidez macroeconómica y estándares de regulación y supervisión financiera robustos, permite contar con holguras y herramientas para mitigar los efectos de shocks adversos. Destaca un marco de regulación y supervisión bancaria robustos, en línea con estándares internacionales. Esto posibilita contar una banca en una sólida posición de liquidez y capital, con mecanismos de ajuste y holguras para enfrentar shocks adversos. Adicionalmente, el marco institucional contempla una serie de herramientas para ser usadas en situaciones excepcionales —que se han complementado con nuevas atribuciones incorporadas en la Ley de Resiliencia— e instancias de coordinación entre los poderes del Estado, reguladores y supervisores.

DESARROLLOS DE POLÍTICA FINANCIERA

La implementación de políticas macro prudenciales, como el Requerimiento de Capital Contracíclico activado en mayo de 2023 refuerzan la resiliencia del sistema bancario y ayuda a preservar la estabilidad del sistema financiero en su conjunto apoyando la provisión de crédito. El Consejo ha decidido mantener el RCC en su nivel actual de 0,5% de los activos ponderados por riesgo (APR) coherente con las condiciones macrofinancieras y de riesgo que enfrenta el sistema financiero, según el escenario descrito en este Informe. Este entorno de riesgos releva la importancia de contar con un colchón de capital previamente constituido por parte de la banca, que aumente su capacidad para enfrentar shocks y que pueda ser liberado en caso de concretarse un evento de estrés financiero, lo que ayudaría a mitigar sus impactos en la provisión del crédito a hogares y empresas. Tal como se comunicó en noviembre de 2024, en la primera Reunión de Política Financiera del año 2026 se evaluará el inicio de la convergencia hacia el nivel neutral de 1% de los APR, en la medida que las condiciones macrofinancieras lo permitan, y considerando un plazo de al menos un año para su construcción.

Respecto de la agenda de regulación financiera del Banco Central, en este Informe se exponen las iniciativas prioritarias para 2025, las cuales se focalizan en la implementación de la Ley de Resiliencia. Durante el primer semestre de este año se publicará para consulta la nueva regulación que permitirá reconocer convenios marco y condiciones especiales de contratación de operaciones repo. Esta iniciativa debiera contribuir al desarrollo de este mercado y, por esta vía, apoyar la provisión y gestión de liquidez de las instituciones financieras. Para el segundo semestre, son prioritarias las iniciativas relacionadas con la gestión de liquidez de Entidades de Contraparte Central, y con el acceso de determinadas entidades no bancarias al sistema LBTR.

En relación con otros desarrollos de política financiera, destacan los cambios asociados a la implementación de la reforma de pensiones. Considerando el volumen de los fondos de pensiones (aprox. 60% del PIB), un desafío importante es implementar el nuevo marco de regulación evitando efectos no deseados sobre la valoración y volatilidad de los activos financieros. En este sentido, es relevante el proceso de implementación de las siguientes innovaciones: licitaciones bianuales de afiliados; entrada de nuevos actores a la industria; y la sustitución de los actuales Multifondos por Fondos Generacionales. Con todo, el marco legal aprobado contempla una transición gradual para permitir las adaptaciones necesarias.