Modelos principales de uso frecuente

  • Modelos sector externo

  • Modelos econométricos para la economía nacional

  • Modelos estructurales para la economía nacional

  • Estimación de inobservables

Modelos sector externo

La primera etapa en la elaboración del escenario central de proyecciones corresponde a la construcción del escenario internacional, que comprende la proyección de las variables macroeconómicas internacionales más relevantes para la economía chilena. Estas proyecciones alimentan a los modelos utilizados en las fases de proyección de corto y mediano plazo de la economía nacional. Las variables proyectadas dentro del escenario internacional se dividen en tres bloques:

Actividad real y precios externos

  • Crecimiento del PIB de las principales economías y regiones del mundo
  • Inflación de los principales socios comerciales de Chile

Materias primas

  • Precios del cobre
  • Precios de combustibles
  • Precios de alimentos

Mercados financieros

  • Proyección tasa de política monetaria y de los bonos a 10 años de EE.UU.
  • Proyección tasa Libor a tres meses plazo en dólares
  • Índice de volatilidad esperada (VIX)
  • Índice de premios por riesgo de los bonos soberanos de América Latina (EMBI)
  • Tipo de cambio real multilateral de EE.UU.

Modelos econométricos para la economía nacional

El escenario central de proyecciones para el corto plazo se construye al combinar múltiples estimaciones generadas a partir de modelos econométricos, que se alimentan de información externa coyuntural y del juicio del staff.

El Banco Central utiliza una serie de metodologías para proyectar el PIB agregado y sus componentes, empleando enfoques por el lado del gasto y/o de la oferta. La segregación del PIB en sus componentes tiene dos ventajas. Por un lado, posibilita un análisis más detallado de las dinámicas particulares de los distintos sectores económicos. Por otro lado, la agregación de las proyecciones para los diferentes componentes permite obtener una proyección alternativa para el PIB total.

En un esquema de metas de inflación es fundamental proyectar la evolución de los precios, lo que incluye la evaluación del IPC total y de sus distintos componentes, siendo de especial importancia el de inflación subyacente, dada su mayor estabilidad y alta correlación con la inflación de mediano plazo.

El modelo de consistencia macroeconómica (MACRO) es un conjunto de identidades macroeconómicas que subyacen en el enfoque contable de cuentas nacionales. Este permite asegurar que las proyecciones macroeconómicas sean consistentes con las identidades macroeconómicas básicas que caracterizan las cuentas nacionales. Las proyecciones del modelo MACRO comprenden la demanda agregada real y demanda agregada nominal, junto con sus componentes, flujos de exportaciones e importaciones, entre otros.

Modelos estructurales para la economía nacional

En el Banco Central, los modelos estructurales cumplen fundamentalmente dos roles. Por una parte, se usan para generar el escenario central de proyección para el mediano plazo. En segunda instancia, este tipo de modelos se emplea para el análisis de escenarios alternativos y para la evaluación de la política monetaria coherente con dichos escenarios.

El Banco Central cuenta con dos modelos de mediano plazo para la economía local: el modelo semi-estructural de proyecciones (MSEP), y el modelo estructural extendido para análisis y simulación (XMAS). Ambos enfoques buscan contribuir a un mejor entendimiento de las fuerzas que guían la evolución esperada de la economía, considerando interrelaciones entre variables económicas claves, tales como el producto, la inflación y las tasas de interés. El uso complementario de modelos con distintas características, como el MSEP y el XMAS, se fundamenta en la búsqueda de mayor robustez en el análisis y las proyecciones, entregando ópticas distintas que, complementadas con el juicio del Consejo y el staff económico, ayudan a la generación de una visión global del estado y las perspectivas futuras de la economía.

En términos generales, los modelos estructurales como el XMAS se anclan en restricciones paramétricas y entre ecuaciones basadas en fundamentos de la teoría económica, haciéndolos más robustos a la crítica de Lucas, y permitiendo evaluaciones robustas de políticas y escenarios contrafactuales. En cuanto a su escala, el XMAS posee mayor complejidad en su estructura, permitiendo con ello un análisis más detallado de distintos shocks y canales de propagación.

El XMAS es un modelo estructural que extiende el modelo MAS, desarrollado por Medina y Soto (2007), y utilizado anteriormente para el análisis y las proyecciones del Banco Central. A diferencia de otros modelos empíricos de naturaleza puramente econométrica, los modelos estructurales como el XMAS se basan en el modelamiento explícito del comportamiento de distintos agentes en la economía, apoyándose en los fundamentos de la teoría económica respecto a las decisiones de hogares y empresas. Esto permite no solo generar una senda probable para el futuro de la economía, sino que además dar una interpretación más completa sobre las fuerzas que están detrás de las proyecciones.

Los modelos semi-estructurales como el MSEP ponen mayor énfasis en el ajuste econométrico a los datos, a expensas de relajar algunas restricciones teóricas y una mayor vulnerabilidad a la crítica de Lucas. Es un modelo más simple, que privilegia la parsimonia y flexibilidad por sobre la complejidad, facilitando el seguimiento de los mecanismos de transmisión modelados.

El MSEP, descrito en detalle en Arroyo et al. (2020), representa una evolución respecto al modelo MEP documentado en Banco Central de Chile (2003) y en García et al. (2005). Es un modelo estilizado simple, adaptado a la realidad chilena, que comprende una serie de relaciones estimadas econométricamente y que se enmarca dentro de los denominados modelos de brechas. Estos modelos explican la dinámica cíclica de una economía, es decir, cuando determinadas variables se ubican por encima o por debajo de sus valores de tendencia, exhibiendo así “brechas” positivas o negativas. Al ser un modelo escrito en brechas, las tendencias de las variables se calculan en una etapa previa al uso del modelo, y las relaciones entre las distintas variables se restringen a sus componentes cíclicos.

Estimación de inobservables

Parte importante de las decisiones de política monetaria se fundamenta a partir de brechas entre variables observables, como la tasa de interés o el PIB, y alguna contraparte inobservable, como la tasa neutral de interés y el PIB potencial y/o tendencial, respectivamente. Así, por ejemplo, la tasa de interés será contractiva, ayudando a contener la inflación, si se encuentra por sobre su nivel neutral. De forma similar, la actividad se encontrará en un ciclo expansivo, generando presiones inflacionarias, si el PIB efectivo se encuentra por sobre el potencial.

La correcta estimación de estas variables es de suma importancia para evaluar correctamente la política monetaria. Estas variables no pueden observarse directamente, y deben inferirse mediante una combinación de métodos estadísticos y teoría económica. Esta inferencia tiene ciertamente un grado importante de incertidumbre, pues se basa en las estimaciones de múltiples modelos, cada uno de ellos con sus grados de incertidumbre. El juicio del staff y del Consejo determina, mediante un análisis crítico de las diferentes estimaciones, los valores que se utilizarán para calibrar la política monetaria. Las estimaciones se actualizan anualmente, y los resultados se hacen públicos en los Informes de Política Monetaria.
Para mayor detalle, ver Uso de modelos macroeconómicos en el Banco Central de Chile.